miércoles, 29 de octubre de 2014

Pérdida de tiempo deliberada (III)

Escuchaba el radio y de repente suena algo como "Soy latina baby, okay, let's party, say 'olé': ¡Olé!". ¿Eh?

Y se me viene a la mente que, en efecto, los españoles son latinos. Digo, ellos son los que dicen "olé" u "óle", ¿qué no? Y no me importa que la plaza de toros más grande del mundo esté en México.

Además, según entiendo, España es mucho muy latina, en el sentido de que probablemente es parte de la región que más asimiló a la cultura de los antiguos romanos. De hecho, las plazas de toros son prácticamente idénticas a los anfiteatros romanos, desde mi punto de vista.

Pensé, además, "esa voz me parece conocida", y resulta que la canción es "Cola song", interpretada por Inna, una cantante rumana, con la colaboración del colombiano José Álvaro Osorio Balvín. A continuación, recuerdo que hace algunos meses (posiblemente en abril, cuando se lanzó el sencillo) veía en la televisión de un restaurante donde comíamos Ange, Ximenita y yo, cómo Inna se autoproclamaba "latinna" (con doble 'n', efectivamente). Pues, sorpresa: ¡ya lo era de nacimiento! Por fortuna, Rumanía es un país latino; más aún, el nombre de su país viene de romanus, o ciudadano de Roma. ¿Más latina? Difícilmente.

Finalmente, al tararear la cancioncilla, le descubró una semejanza notable con "El Africano" de Calixto Ochoa. Vaya cosa.

viernes, 10 de octubre de 2014

Y ésta va por Leonhard Euler

Hace muy poco llegó a mis ojos la convocatoria para el concurso de ciencia y arte convocado por el Consejo Oaxaqueño de Ciencia y Tecnología de este año. Participé el año pasado, y aunque no obtuve un lugar, me dieron un accésit de la academia Musicalli. No estuvo tan mal.

Pues ahora me animé a entrarle nuevamente, y deseo en esta entrada exponer la composición de mi opus 36, "La constante de Euler". Primero que nada, lo pueden escuchar en YouTube, pues así dicen las reglas que debe ser. En segundo lugar, lo pasé del MIDI a audio directamente, y con sonido de clavicordio. Una razón es que en la época de Euler todavía era un instrumento muy popular. Otra, porque creo que el MIDI le hace más justicia a este instrumento que a la guitarra en cuanto a la simulación de su sonido. Como quiera que sea, la obra puede ejecutarse con la guitarra, por si acaso me piden que la toque (suponiendo que tenga tiempo para ensayarla, claro está).

El compás es de seis por cuatro, y al fondo se escuchan unas negras que evidencian este hecho. Las puse ahí para poner en relieve la sumatoria \[ \sum_{k=0}^{4}\frac{1}{k!} = \frac{1}{0!}+\frac{1}{1!}+\frac{1}{2!}+\frac{1}{3!}+\frac{1}{4!} \] que aproxima a $e=\sum_{k=0}^{\infty}\frac{1}{k!}$ con precisión un poquito mayor a un centésimo. Como $k!$ cuenta el número de permutaciones de $k$ elementos, en cada compás se oyen las permutaciones, en orden lexicográfico, de sucesivos conjuntos de $0$ notas (o sea, nada), luego de una nota (esto es, una), luego de dos (dos permutaciones), luego de tres (que son seis permutaciones) y finalmente de cuatro (que son $24$ permutaciones). Los conjuntos no vacíos son, sucesivamente $\{\mathrm{E}\}$, $\{\mathrm{E},\mathrm{B}\}$, $\{\mathrm{E},\mathrm{B},\mathrm{G}\}$ y $\{\mathrm{E},\mathrm{B},\mathrm{G},\mathrm{F}\sharp\}$. El último parece un acorde de E menor novena, pero en realidad no sé que rayos es. El chiste es que me gusta.

Por cierto que dudaba de la "belleza" del orden lexicográfico, sobre todo después de escuchar ciertas obras de Tom Johnson, pero al parecer todo está en cómo se usan.

P. D. (29/10/14): La obra ganó el segundo lugar en el concurso, ¡nada mal! Veamos si el siguiente ahora sí es el primero. Tendrá letra, lo prometo. Pero que conste que eso no la hace mejor ni peor a la música.