jueves, 31 de enero de 2008

En busca de Lambityeco

Quedé con Ange de vernos en el centro para visitar la zona arqueológica de Lambityeco. Pasamos primero al Tule a desayunar y luego a buscar el lugar, supuestamente a la altura del kilómetro 28 de la carretera federal 190.

Recorrimos con cuidado la carretera. Vino el punto de referencia y nada. Le dije a Ange entonces que siguieramos hasta Tlacolula y que preguntásemos en la gasolinera, al fin que de todos modos había que cargar combustible.

El vendedor nos dijo que el sitio quedaba, regresando por la carretera, "tantito más lejos" de un anuncio del Mezcal "El Recuerdo" y de un establecimiento de Cemento Tolteca. Más o menos: después de unos 500 metros del Cemento Tolteca por fin vimos un minúsculo letrero que indicaba "Lambityeco" a la izquierda. Es a la altura del kilómetro 30, de manera un poco más exacta.

La verdad que pensaba que era más grande en extensión, aunque de lo que vi no me decepcioné en modo alguno. Ange se estacionó en la sombra (estaba intenso el sol) y se dió cuenta que había una especie de taquilla al fondo. Fuí y el encargado me dispensó los dos boletos (somos estudiantes, :-D).

Según la información ahí expuesta, de forma segura esa fue residencia y tumba de 4 generaciones de gobernantes de la zona. Hay varios temascales y frisos magníficos (y de los ejemplos más antiguos en Oaxaca del uso de la greca escalonada), más dos célebres mascarones del dios Cocijo, con sus tocados de jaguar y el rayo en sus manos.

A Angélica también le gustó el paisaje de nopales y cerros que hay desde Lambityeco, :-D.

miércoles, 30 de enero de 2008

Alegría en Quiegolani (y en toda Oaxaca)

Eufrosina Cruz ha logrado que el Congreso de Oaxaca les de su lugar a las mujeres aún en el mal llamado régimen de usos y costumbres.

Esa me parece una magnífica noticia. Alguien en Quiegolani dijo que ignorar a las mujeres era una práctica milenaria. Pero eso es falso. Las mujeres podían perfectamente dirigir un señorío sin necesidad de un hombre e incluso podían participar en los combates (de esto es testimonio el Lienzo de Zacatepec). Las deidades mesoamericanas generalmente son duales: una parte femenina y otra masculina, las señoras alcanzaban poder chamanístico de la misma magnitud que un señor, vaya... así que ignoro en qué momento se volvieron tan machistas las sociedades autóctonas, pero la idea no les vino (cuando menos totalmente) de la tradición mesoamericana.

La constante de Arquímedes en acción

Ange y yo teníamos que cortar un segmento de manguera para transportar agua. El rollo de manguera estaba colgado fijamente con un alambre, lleno de telarañas y polvo. Teníamos la medida de lo que íbamos a sacar marcada en un mecate.

Después de desenrollar un tanto de la manguera cotejando con el mecate, descubrimos que no era algo práctico, porque lo avanzado tenía que dar toda una vuelta para sacar otra. Por eso el resto del mecate lo medimos contra el diámetro del rollo, y cupo 5 veces. Por lo tanto teníamos que cortar más o menos 5/3.141592 = 1.59... vueltas. Aproximadamente una vuelta y cinco octavos (no es fácil calibrar 3/5). Así ya fue sencillo sacar el resto de la manguera.

lunes, 28 de enero de 2008

La botella de Ange

El día de ayer acordamos Ange y yo que fuese su "botella", indispensable para casarnos según las tradiciones de San Antonino Castillo Velasco.

De acuerdo con el chogol (el señor que iba a llevar la ceremonia), Don Noé, tuvimos que conseguir un resto de cosas: una vela de media libra, incienso, pan (de Juquila, porque de ahí son mis papás, je je je), chocolate, mezcal, cerveza, brandy, unas charolas... Mis abuelos trajeron el pan pero llegaron medio tarde y eso sí me preocupó un poco porque no podíamos llegar sin pan.

Había que acomodar en canastas el chocolate (que a su vez iba adentro de unas cazuelas) junto con el pan y cargar con todo hasta su casa. Hicimos algo de trampa porque la mayor parte del viaje desde la casa del chogol hasta la de Angélica la recorrimos en los automóviles, :-D.

Ya que llegamos nos recibieron los padres de Angélica (y me la escondieron, no se vale). Luego nos sentaron en el corredor de su casa (la familia de Angélica ya estaba ahí y ahí ví lo grande que es: enorme) y el chogol empezó a hablar de la tradición. Entonces llamaron a Angélica y pusieron un petatito enfrente de un altar. El chogol me dijo que yo prendiera la vela, que Angélica sahumara el copal e hicimos oración hincados en el petate.

Lo que siguió fue que nos sentamos y uno por uno los familiares de Angélica nos fueron dando consejo sobre el matrimonio. Fue algo muy emotivo, la verdad, muchos lloraron y Ange también (yo no pero la verdad sí me conmoví mucho).

A continuación pasamos a dar nuestro respeto a las respectivas familias. Ahora tengo que pedir su bendición a sus pades, padrinos y tíos cada vez que los vea y ella a los míos. Otra ronda siguió pero esta vez mi familia reconociendo a la suya (o sea que oficialmente nuestros padres ya son consuegros y entre padrinos compadres, etcétera).

Siguió lo mero bueno: nos sentamos en una mesota para brindar y entrarle al chocolate con el pan, después a las tlayudas y el atole. Ahí estuvimos platicando un buen rato hasta que mis abuelos dijeron que estaban muy cansados, nos retiramos y con el chogol dimos las gracias por todo.

La verdad me gustó mucho hacer todo esto, porque aunque sí cuesta un poco todo vale la pena para que no se pierdan las tradiciones. Más si son tan bonitas como ésta.

Próximamente: la "sacada" de la novia, la fiesta del novio, la boda, el dote...

sábado, 26 de enero de 2008

La tourneuse de pages

Ví con Ange "La cambiadora de páginas". Le llamó la atención porque trata sobre la hija de un carnicero que trama una maquiavélica venganza. Una buena película, aunque inexplicable por momentos.

La parte que más me gustó es cuando Mélanie va a presentar su examen de ingreso. Me recordó muy vivamente cuando fuí a hacer mi examen a la Escuela Nacional de Música (pero no planeo ninguna revancha, y mucho menos una así :-D). Otra cosa que me agradó de la película es lo bien que capta la sensación de tocar frente a un público, junto con lo gacho que se siente que te arruinen una presentación. Cuando dí mi único recital en la Universidad Tecnológica de la Mixteca (como alumno de la misma) estuvieron abriendo y cerrando la puerta de la entrada que rechinaba. Me arruinó un preludio de Ponce; aún así fue la ocasión en que más aplausos he recibido (hasta hoy, por lo menos).

Ésta fue otra oportunidad de escuchar excelente música. Primero el Trío No. 2 op. 67 en E menor de Shostakovich (el cuarto movimiento), luego el Trio op. 148 D897 de Schubert y a lo largo de la película el Preludio No. 6 del Segundo Libro del Clave Bien Temperado, de J. S. Bach.

martes, 22 de enero de 2008

Deleite musical inesperado

Estaba en un cine (no digo cual, pero igual y es obvio) cuando de repente me sorprendió escuchar música realmente buena. Primero, un fragmento del cuarto movimiento (Allegro con brio) de la Séptima Sinfonía de Beethoven. De esa sinfonía recuerdo más el segundo movimiento (Allegretto) que es como una marcha muy muy apasionada. Poco después, el Claro de Luna de la Suite Bergamasca, de Debussy... una pieza deliciosa, que realmente disfruto una enormidad. Según los locutores del programa pregrabado que corre en el cine, éstas forman parte de la banda sonora de la película "Viaje a Daarjeling". Ya me dieron ganas de verla.

En mi opinión, la música actual definitivamente palidece ante tan eximias obras. No de gratis dijo Kubrick que aunque pueden haber compositores muy buenos de bandas sonoras para películas, difícilmente logran superar a los grandes maestros.

Si quieren escuchar la Séptima de Beethoven, pueden descargar archivos MP3 en la página de la Orquesta de la Universidad de Columbia, donde además encontrarán otras obras igualmente bellas. Hay una versión de Junko Kobayashi del Claro de Luna que me parece bastante buena y otra de Carl Hu un poco menos ortodoxa pero aceptable.

domingo, 20 de enero de 2008

Futurismo

Sin duda alguna los emisores de correo basura de la red tienen tecnología muy avanzada pues ¡pueden enviar mensajes desde el año 2038!

¿Por qué no borra Yahoo inmediatamente tales burlas? Algunas veces correos que no son basura se me perdieron porque los "futuristas" llenaban la papelera.

martes, 15 de enero de 2008

Si tú me cantas, yo siempre vivo

Reconozco con vergüenza que no conozco la obra de Andrés Henestrosa. Peor aún: que apenas y tengo idea en qué consiste.

Leyendo al respecto, extraje como conclusión que una parte de ésta consistía en hacer a la lengua didxazá relevante en la literatura. No sé si deba a ese trabajo que el didxazá tiene enorme vitalidad en el Istmo de Tehuantepec, pero si es así sería deseable que hubiera más Henestrosas en otras regiones de Oaxaca que hicieran lo mismo por sus lenguas maternas.

A modo de homenaje, leeré "Los hombres que dispersó la danza" y escribiré al respecto en un futuro muy próximo.

jueves, 3 de enero de 2008

Nos deja ver lo que ya habíamos visto

Visité el Museo de Arte Prehispánico "Rufino Tamayo". A pesar de no contar con un espacio muy grande, debo decir que es uno de los mejores museos en los que he estado.

Mucho se advierte en las guías turísticas y en la televisión que el criterio de selección y ordenamiento de las piezas es puramente artístico. Que se guía por la belleza intrínseca de las obras, más allá del espacio o del tiempo en que fueron creadas.

Tengo la impresión que ese es un orden esencialmente correcto, pues creo que lo que encontramos hermoso es lo inmediato a nuestras inquietudes humanas e inteligencia. Soy de la idea de que no hay arte si no hay estructura, donde hay cabida incluso para cierto "caos". Por eso estas piezas revelan parte esencial de la vida en Mesoamérica que abarca alrededor de dos mil años. Hay, por ejemplo, dos piezas donde se aprecia, con sumo detalle, cómo era una vivienda y el juego de pelota. Hay muñecos articulados, yugos con un grado de conservación verdaderamente admirable, vasijas, lápidas, orejeras... En fin, piezas que en mi opinión revelan mucho, cuando menos desde el punto de vista matemático. Ignoraba que estelas en tan buen estado de conservación se hallasen en Oaxaca.

Un aspecto igualmente sorprendente es que no es un museo "grandilocuente": sus vitrinas son sencillas pero efectivas. Están bien iluminadas, con rótulos algo parcos pero con la información esencial. El recorrido es casi obvio dentro de cada sala, e insisto que si la disposición de las colecciones obedece al dictado de la belleza, nos conduce a un natural refinamiento temporal de la producción artística de los pueblos precolombinos.

Por eso recomiendo a mis paisanos lo visiten, agradeciendo con ello un poco al magnánimo gesto del maestro Rufino Tamayo al legarnos este hermoso tesoro. Espero que lo encuentren inspirador tanto como yo.