Pues, antes que nada, debo decir que mi entrada anterior la escribía sin saber que un familiar muy querido pasaba por las primeras etapas de la covid-19 y, al no ser atendido oportunamente, por desgracia falleció el día de ayer. No quiero entrar en más detalles, pues no lo creo prudente.
Y quisiera escribir algo más, pero la verdad hay poco que agregar, pues la mayoría ya lo he ofrecido a modo de consuelo. Quizá solamente dejar constancia de que fue un trance duro para mi núcleo familiar, y que enseña nuevamente sobre el valor de la vida, en el aquí y en el ahora. Creo que podría rematar diciendo que por eso el encierro a mí no me parece tan duro; este último es nuestra contribución para controlar la pandemia porque podemos realizarlo bastante riguroso, en contraposición a quienes su trabajo no se los permite o simplemente no comprenden o no les importan los mecanismos de propagación de la enfermedad.
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