Los tempranos años 60 fueron una gran época en Estados Unidos para un matemático joven. Washington había respondido al Sputnik con mucho dinero para la educación en ciencias y los científicos, benditos sean, dijeron que no podían hacer nada hasta que los estudiantes supieran Matemática. Lo que el Sputnik probó, increíblemente, es que el país necesitaba más matemáticos.
Como gran coincidencia, en el 2003 China se convirtió en la tercera potencia en lanzar un hombre al espacio en un cohete propio. Estos asiáticos son una fuerte competencia para nosotros, y como que no nos cae el veinte con su Chang'e (la diosa china de la Luna y nombre de su satélite recién lanzado).
Muchos se burlaron de los científicos que propusieron la creación de una agencia espacial mexicana. No es necesario que tengamos naves espaciales (tripuladas, por lo menos) para desarrollar tecnología relacionada: los brasileños tienen su programa espacial desde 1961, tienen representación en la Estación Espacial Internacional, y si logran secundar la hazaña china habrán demostrado que nos estamos rezagando.
Ojalá pronto pongamos un "Idu" (o "Tochtli", dirían los nahuas) en esas alturas, y que con ello la Matemática en el país suba en la misma proporción.
2 comentarios:
si no es indiscreción ¿Por qué estas leyendo el Freyd de categorías abelianas? jeje. Tu y yo podríamos llevarnos muy bien.
Buscaba una pista para un ejercicio, no recuerldo cuál ahora.
No soy en sí algebrista pero digamos que para enteder lo que se ha hecho de contrapunto en la musicología matemática es casi necesario serlo.
Vaya que el lema de Yoneda es un poema: es la base de la musicología matemática en más de un sentido.
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