Encontré esta conversación registrada en una máquina de un negocio (le corregí la ortografía, por supuesto).
I1: ¿E irás a tu tierra? ¿En qué trabajas?
I2: No, quiero estar aquí para planear el próximo semestre del año. Trabajo de maestro de Matemáticas y de Física.
I1: ¡Ups! Fuí pésima alumna en esas materias. ¿Trabajas en la UNAM?
I2: No. Aunque en un futuro deseo hacerlo, antes me gustaría trabajar en mi rama.
I1: Mi hermana es actuaria. Me queda claro que eso de las Matemáticas no es genético. Soy, fuí y seré pésima.
I2: No te preocupes, no hace falta saber Matemáticas. Sabes poesía, que es mucho mejor.
¡¿Qué?! ¡¿Que no hace falta saber Matemáticas?! ¡Si prácticamente no hay actividad en el mundo que no involucre a la Matemática! ¿Y que es mejor saber poesía que Matemática? Yo podría decir que es infinitamente mejor saber Matemática que poesía, porque la Matemática es lo más versátil y útil del mundo. Pero me equivocaría: ninguna es superior a la otra.
Así piensa mucha gente. No es malo decir "fui y soy". Pero eso de "seré" es horrible. Tales prejuicios son nocivos para nuestro amado país.
3 comentarios:
La belleza es superior a la utilidad. Por ende...Y como dijo mi maestro la poesia no se sabe, no existe tècnica es un rompemadres.
1) ¿Tiene coherencia la última frase? Discúlpenme por no descubrirla.
2) La mayor parte de la Matemática no sirve para nada, es puramente bella. Y seguiría siendo hermosa aunque se le descubriera alguna "utilidad".
Pues sí, las matemáticas son bellas, y son poesía, lo malo es que la mayoría de las veces no le entiendo a las rimas, me pierdo entre las sinalefas, o me tropiezo con los diptongos, o no entiendo las perífrasis que me pone enfrente.
A veces prefiero suspirar mientras veo a Paqui (un pachipodium que tengo) cómo va creciendo, que tratar de entender el algoritmo celular que dibuja como fractal cuando se enrosca sobre un eje imaginario. Lo "sé", pero no lo entiendo. ¿Acaso eso no es poesía?.
Me acuerdo que un día entré a una exposición de un trabajo que estaba realizando una doctora en la UTM. Explicaba un algoritmo sobre el que ya llevaba varios meses trabajando, que trataba sobre cómo modelar el que un agente, se formara una imagen de lo que otro agente "pensara".
Y un heroico profesor, compatriota, le preguntó "¿de qué sirve?, ¿cuál es la utilidad de su trabajo?". La Dra. decía que mas adelante serviría para otros estudios, cuando un ruso se unió a la objeción, diciendo que no tenía sentido hacer ese estudio. Otro ruso, del otro lado de la mesa, se prendió, y le dijo a su coterráneo, que no forzosamente tendría que tener sentido, pero que tenía futuro en la computación (yo estaba de acuerdo con esos argumentos, muchas veces "pierdo el tiempo" en la computadora, pero después cuento con más herramientas y lógica para resolver problemas).
Se calentaron más los ánimos con los dos, y el primer ruso cedió, diciendo que estaba bien, pero que no le veía futuro. Quizás no tenga presente, porque no logramos hacer que piense un agente (bueno, como uno quisiera), pero después, nadie puede saberlo (claro, a menos que lo haga uno mismo, o aparezca la imagen de su virgen favorita en el fondo de su taza de café).
Y... creo que la última frase no tiene sentido, pero sí me hizo reir :P. Esa cadena mutó en algún momento.
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