miércoles, 6 de junio de 2007

Cuando fui al Museo de Antropología

Tuve que ir al museo para preguntar por una pieza (la estela de Tlaxiaco) y en el viaje de ida y de vuelta hubo 4 cosas que llamaron poderosamente mi atención.

1) Tres policías escoltaron a un hombre que repartía periódicos (de esos que dicen que no creas lo que dicen los medios de comunicación masivos ni los políticos) hacia la salida de la estación Universidad del Metro. Espero que haya hecho algo que ameritase tanto, de lo contrario empezaré a creer lo que dicen.

2) Cuando iba subiendo en la estación Auditorio, creo que le faltaba aceite a la banda de la escalera eléctrica o algo así porque rechinaba. Quizá eso no fuese tan extraordinario de no ser porque sonaba como gritos de personas... Nada de fantasmas, simplemente el ángulo en que friccionaban la banda y el metal producía ese singular sonido.

3) Al llegar a pedir información en el módulo del Museo pregunté por las medidas de la estela, y me dijeron: "¿Y para que les piden eso? Nada aprenden con eso". No pude evitar contestar "¿Y si le demuestro que no?". ¿Cómo es posible que no esté a la mano esos datos en el Museo? ¿Que no para eso están?

4) Cuando iba de vuelta, en la estación Centro Médico, un hombre saltó a las vías por un minuto, como buscando algo. Afortunadamente no pasó nada.

1 comentario:

Jaime Paz dijo...

Órale, extraño el MNAEH, snif. Dos veces que he ido al D.F. he querido recorrerlo completo, pero voy acompañado, y luego no quieren caminar :S.

Y creo que así de grandioso que era cuando lo diseñaron, ahora queda un poco corto, pues casi no tienen información, o no la actualizan. Repito que no lo he visto todo, pero lo que sí he podido ver, a veces no tienen etiquetas las piezas, y ni para preguntar, porque sólo saben dónde quedan los baños y el restaurante (que por cierto, me apantalló el sistema que tienen para tomar las órdenes).

Está increible, pero cada vez parecerá más una bodega que un museo.