jueves, 10 de abril de 2008

Un aristócrata de la guitarra

Así calificó a Manuel Barrueco el "Dallas Time Herald". No se por cuál concierto pero así dice en la página de este gran guitarrista cubano.

Mañana toca en la Sala Nezahualcóyotl con el Cuarteto Latinoamericano. No puedo resistir citar a cierta autora de bitácoras:
¿Vamos? ¿vamos? ¿vamos?
¿sí? ¿sí? ¿sí?
profaporfaporfa
¿vamos? ¿vamos?
¿Sí?

Lo malo es que cuesta por lo menos $130 el boleto. Y además es a las 20:30 horas.

De mientras me consolaré escribiendo sobre mi visita a su sitio en la red. Según esto, Manuel Barrueco compra un boleto de avión para su guitarra cada que puede; sin embargo, en numerosas ocasiones ni así lo dejan tener a su instrumento al lado. Seguro que no es el único que lo hace ni que sufre de las mismas consecuencias. A mi no me pregunten porque nunca he volado con mi guitarra. Pero a veces sí que es un rollo abordar con ella al camión: luego no dejan documentarla, hay que subirla a la mera hora y "bajo mi propia responsabilidad".

También menciona que en una ocasión le pidieron que tocara la "Fantasía para un gentilhombre" con la Orquesta de Cámara de Andorra y a la hora precisa del único ensayo el director le comentó que, aparte de unas obras de Mozart, iban a tocar el "Concierto de Aranjuez". Le contesta Barrueco: "¿Y quién lo va a tocar?". Después de que se carcajeara el director y de que Barrueco repetiera la pregunta, el director le contesta "¡Tú vas a tocar el Aranjuez!". Qué bueno que Barrueco recordó la totalidad de la obra.

2 comentarios:

Violette dijo...

jejeje, es todo un arte lograr que la gente se disponga a pagar los altisimos precios de las entradas de conciertos para que nos acompañen ^^

Suerte!

Jaime Paz dijo...

Una razón más para querer ser millonario. En lo primero que pienso comprar cuando la fantasía de ser un magnate me brinca a la tatema, es en libros, entradas a conciertos, y en qué tanto podría gastar mi tiempo.

Aunque... pensándolo bien, cuando tengo la oportunidad, compro los boletos, o me compro un libro, y de gastar el tiempo... bueno, soy un maestro en eso.

La última vez que fui a México, fui decidido a ir a un concierto a Bellas Artes. Fui a comprar un boleto, que se me hizo un poco caro, pero pues ya estaba ahí, el boleto nomás quería que lo comprara, así que lo hice. Después pensé que sería ya tarde para ir, no tenía automovil, y no soy muy bueno para la orientación geográfica. Je. Lo bueno es que disfruté mucho el asistir. Lo malo fue el regreso a la morada, porque todo mundo me parecía maleante a esa hora, creo que serían cerca de las 0 horas. Pero finalmente llegué bien, y con la música -subitulada- en la cabeza.